viernes, 23 de junio de 2006

La segunda parte de su carrera


De 1963 a 1973 (año en el que hizo su última aparición en una ópera) cantó casi exclusivamente en los EE.UU. (una de las poquísimas apariciones en Italia fue con La Gioconda en el San Carlo en la temporada 1967/68, pero obviamente era una Tebaldi muy cambiada).
En 1963 decide tomarse un largo reposo: no es algo raro para una cantante, en un cierto punto de su carrera, tenía que “replantearse la carrera”. Algún cambio de registro, otro repertorio. Y Renata Tebaldi lo hizo.
En su año de reposo se confió al maestro Ugo De Caro. Otra vuelta de tuerca, que la relajaba, y a la vez que tocaba el piano para repasar, Renata se dedicó al estudio técnico de la voz.
De Caro se dedicó a salvaguardar la belleza del timbre, teniendo en cuenta la transformación que le había provocado la madurez. Por supuesto utilizó de forma más marcada el sonido de pecho del registro grave, que por su propia naturaleza ya era conspicuo.
En 1964 regresó a los escenarios americanos con La Bohème, Tosca, Otello y Simon Boccanegra. En 1965 el evento, quizás el evento más importante fue la grabación del Don Carlo con la dirección de Solti. El personaje de Elisabetta di Valois le había sido ya propuesto para el Comunale de Florencia en 1961 para la jornada inaugural del Maggio musicale, pero la Tebaldi no creyó que fuese el momento para asumir el personaje.
El debut en La Gioconda se produjo en septiembre de 1966 en el Met. Con La Gioconda la hizo someterse a un verdadero tour de force a través de los EE.UU. con cerca de 40 representaciones y una etapa europea –se presentó con este personaje en el San Carlo de Nápoles (diciembre 1967 y enero 1968). Obviamente, Nápoles le reportó un éxito que rozaba el delirio.
En 1968 de nuevo La Gioconda, de la cual efectuó una grabación, pero también Manon Lescaut, La Wally y Adriana Lecouvreur. E incluso para La Wally, en Montecarlo, realizó una grabación. Más o menos el mismo repertorio lo cantó en 1969, mientras preparaba otro debut: La Fanciulla del West. Debut en el escenario, porque ya había realizado una grabación de esta ópera en 1958 y la había interpretado en concierto para la RAI en 1961. Para este personaje, Renata Tebaldi puso todo su empeño y más: tuvo que vencer su miedo a montar a caballo. En febrero de 1970 debutó el personaje de Minnie en el Met y entró en escena girando la pistola como si fuera un pistolero. Fue un triunfo. En el mismo año grabó Un ballo in maschera en Roma. También esta grabación llegaba muy tarde: debía haberse grabado esta ópera diez años antes al lado de Björling y con la dirección de Solti.
El 1971 fue un año de descanso, en el que se dedicó a una representación de Otello en el Met, a una grabación para disco de villancicos y algunos conciertos. En 1972 realiza siete representaciones de Falstaff y un concierto de despedida para Mr Bing, que dejaba la dirección del Met por su edad. Pero, todavía hizo una serie de conciertos. Fue el nuevo dirigente del Met el que le propuso el personaje de Charlotte del Werther. Se dice que existe la grabación (privada) de los ensayos que realizó para interpretar al personaje que debía cantar en francés. De todos modos, Renata Tebaldi comenzaba a dejar clara su intención de no cantar ópera y dedicarse a los conciertos, con la única excepción de una representación de Otello, que fue su última aparición en una ópera.
En 1974, en la Piccola Scala, consiguió un auténtico triunfo, que se repitió en la Scala en 1976, en el concierto que supuso su retiro definitivo de la escena.

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